miércoles, 12 de octubre de 2022

Reto Tema 5. Fecha estelar 12 de octubre de 2022

 El reto consiste preguntarnos ¿qué podemos hacer cada una de las personas, desde nuestra posición como empleadas o empleados públicos, para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres?

A estas alturas del curso, con todo lo que llevamos visto, a nadie nos cabe duda de cómo debemos comportarnos tanto mujeres como hombres, llevando a la práctica todas estas ideas, buscando la manera de cómo educar en feminismo al resto de la sociedad, y sobre todo educando con el ejemplo de nuestra corresponsabilidad y nuestras gafas violeta a todos los niveles.  Ya hemos comprobado que nadie está libre de tener o de sufrir estos comportamientos.

Pero el reto es centrarnos en hacerlo desde nuestra posición como empleados públicos. Y pienso que hay dos vertientes, con las compañeras y con el público. Respecto a las compañeras, nunca he pensado que pueda tener actitudes machistas, pero ahora comprendo que eso no es suficiente, la exigencia es estar atento a que nadie más las tenga, y si se ven llamarle la atención sobre lo que está haciendo, tal vez sin ser consciente.  Y tampoco basta, hay que plantearse si es necesaria alguna discriminación positiva con la compañera que tiene la jornada reducida por cuidado de hijo (o a la edad de nuestra organización ya por cuidado de familiar) recordando que la base no es solo la igualdad, en la que se basa nuestra función pública, sino la equidad.

Y respecto al público, ya he tenido ocasión de hacerlo, y volvería a actuar igual, en el convencimiento de que es la manera correcta. Si estáis en una oficina con atención al público habréis tenido el caso: viene una pareja, hombre y mujer, toman asiento y él comienza a explicar el problema de ella, sin permitirle decir una palabra. Suele ser una pareja ya madura de paisanos, o personas de culturas con machismos más arraigados (todavía) como algunos países de sudamérica, del Magreb... En todo caso lo interesante es tomar la palabra, dirigiéndonos a ella  "Entonces, en realidad es usted la interesada, ¿me enseña la documentación y me concreta el motivo de su visita?..." y reconducir la conversación de modo que ella pueda explicarse sin sentirse acobardada por su pareja y por lo que le dirá cuando se queden a solas.  Él puede desde luego hacer matices, exponer su punto de vista... pero ella es la protagonista y la que tiene que entender la solución.

También nos hemos encontrado con el caballero que quiere que le atienda un hombre, porque no le gusta lo que le dice la compañera, o está convencido de que ella sabe menos que el otro. Tal vez porque crea que su cerebro femenino no da más de sí, la verdad no puedo entender determinadas mentes.    Nunca se ha consentido esto en nuestra oficina, otra cosa es que insista en que le atienda el superior jerárquico, que en muchos casos es otra mujer, lo cual no soluciona su problema, sino que lo deja más perplejo de que haya una mujer al mando habiendo otros hombres.  Si finalmente he tenido que intervenir yo, que no puedo evitar ser un hombre, he procurado atenderle junto a la compañera, confirmando lo que le ha dicho y que es quien mejor le podía atender dada su experiencia en el tema.  De hecho, aunque vea algún matiz, nunca he desautorizado a nadie frente al público, mujer ni hombre, son temas que trataremos después en privado.

Lo que os cuento es desde mi experiencia. No pretendo tener todas las respuestas, tal vez vosotras veáis otro modo de actuar, y no me importa compartirlo en el foro. 

miércoles, 5 de octubre de 2022

Reto Tema 4. Fecha Estelar 5 de octubre de 2022

 

Real Decreto Ley 6/2019. El convenio especial de cuidadores no profesionales

Hay una brecha de género innegable entre las pensiones de mujeres y hombres, que se puede ver desde varios aspectos.

Hay 475.000 más mujeres que hombres pensionistas, concentrándose entre los regímenes general, autónomos y el antiguo SOVI (por la mayor longevidad).


Pero al hablar de pensión media, la situación es inversa. Los hombres cobran de media 1.320€ y las mujeres 883€ eso supone 437€ euros menos, es decir la mujer pierde un tercio de pensión, cobra en promedio el 67% de un hombre. Mirad el gráfico:

Otro hecho: entre las pensiones que no llegan al límite y deben recibir el complemento a mínimos, dos tercios, el 66,5% son para mujeres. Y no es un dato generacional, que se paliará con el tiempo, porque actualmente las pensiones de jubilación que se reconocen siguen siendo más bajas. En julio 2022 accedieron 13.120 hombres, con una pensión media de 1.565€ y tan solo 10.821 mujeres con una cantidad media de 1.190€, por tanto, una brecha de género del 24%

En definitiva, los datos demuestran que las mujeres acceden a la jubilación menos y más tarde que los hombres, y tienen en promedio pensiones más bajas, a consecuencia de carreras laborales más cortas, mayor proporción de empleo a jornada parcial y menor nivel de retribución general, en parte también por la brecha de género en la contratación en profesiones de mayor riesgo profesional y en las disciplinas tecnológicas (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), donde se están creando los puestos laborales mejor remunerados.

Puesto que parte de las jornadas reducidas o el tiempo sin cotizar se deben a que muchas mujeres están compatibilizando el trabajo con el cuidado de la familia y/o dependientes, se aprobó el Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación.

Análisis de la política.

Esta norma, introduce muchos cambios, pero me centraré en que establece que los cuidadores no profesionales de beneficiarios de la Ley de Dependencia pueden suscribir un convenio especial con la Seguridad Social sin tener que pagar ellos las cotizaciones. Esto ya se aprobó en el Real Decreto 615/2007, aunque el Real Decreto 20/2012 modificó la naturaleza de este convenio, de modo que el propio interesado debía abonar las cuotas. Ahora de nuevo se recupera la financiación por parte de la Administración General del Estado. Analizando esta política en concreto, que incide directamente en mi trabajo, vemos que claramente impacta en los roles de género, puesto que la mayoría de los cuidadores no profesionales son mujeres. Las cifras de convenios a 31 de agosto de 2022 son:

La norma establece que, si la persona cuidadora reduce su jornada o directamente no trabaja para poder atender al dependiente, se puede suscribir un convenio especial por la diferencia de base con cuando tenía la jornada anterior, o incluso por la base mínima si no trabaja (con límites dependiendo del grado reconocido), y sin coste para la cuidadora.

Por tanto, sí tiene efecto en el acceso igualitario a las pensiones por parte de las mujeres, puesto que como hemos visto son un colectivo mayoritario de cuidadoras y de esta forma los años dedicados al cuidado de la persona dependiente se integran en su vida laboral y contribuyen a generar derecho a prestaciones como la de jubilación o la de incapacidad permanente.

Las mujeres están ampliamente representadas, como beneficiarias de esta política. Como hemos dicho al principio la tasa femenina de personas dedicadas a los cuidados es mayoritaria, aunque no hay datos del IMSERSO sobre cifras, ni disgregación. Así pues, el único dato fiable es el arriba citado de número de convenios, y el volumen de mujeres es abrumador.

Impacto y resultados

Podemos concluir que esta norma ha conseguido paliar algunos efectos perniciosos del rol de cuidadora que siguen presentes en la sociedad actual.

Según la EPA el número de mujeres a tiempo parcial es 2.100.000, prácticamente triplica al número de hombres 667.000, pero sin datos para analizar su causalidad. Por lo que se refiere a excedencias por cuidado de hijos hasta 12 años hay un total de 43.226, de las cuales son mujeres 38.467 el 89%, y excedencias por cuidado de familiares 11.497 de las que son mujeres el 80%. Estas excedencias cuentan durante un tiempo como permanencias, pero si se prolongan más ya pierden este beneficio. No hay cifras del IMSERSO sobre los cuidadores no profesionales ni su disgregación, pero los datos del convenio hablan por sí solos.

Es decir, por lo menos muchas mujeres no pierden su derecho a recibir una pensión por no trabajar o no ven su pensión reducida por realizar una jornada inferior. Su impacto queda claro con solo dos números: en el mes de marzo de 2019, cuando podía suscribirse el convenio pero cada persona tenía que abonarlo por su cuenta, había 7.004 suscritos, mientras que en el mes de agosto de 2022 hay más de 68.000, de los cuales el 88,67% son mujeres, como hemos visto en el gráfico.

Puntos fuertes y debilidades.

Su fortaleza es a la vez su debilidad, porque es indudable que ayuda a las cuidadoras, no se ve todavía el resultado porque lleva poco tiempo implantada, pero sin duda todas las que se están beneficiando están mejorando su base, y generando unas permanencias que de otro modo no tendrían, lo cual tendrá impacto directo en su pensión y en su futura independencia económica.

Pero se trata de una medida paliativa, que no puede equipararse al beneficio personal, y económico que lograrían ellas trabajando. Y que tampoco soluciona el rol de cuidadora asociado a la mujer, al revés, dando estas facilidades consigue reforzarlo puesto que si tiene un trabajo parcial y mal pagado es más sencillo dejarlo y cambiarlo por esta situación. Y ya hemos visto que en general las mujeres están en puestos más susceptibles de estas condiciones que los hombres.

Para finalizar, aunque estas palabras ya estén sobre el máximo, quiero dejaros este video, que mueve a la reflexión:  https://www.youtube.com/watch?v=FTseQKw0Lls




 Fuentes.

Seguridad Social: Afiliación (seg-social.es)

Novedades en el Convenio Especial para cuidadores no profesionales - Revista Seguridad Social (seg-social.es)

Estadística Afiliación 2022.xlsx (live.com)

https://www.imserso.es/imserso_01/documentacion/estadisticas/info_d/estadisticas/est_inf/datos_estadisticos_saad/index.htm

Reto Tema 5. Fecha estelar 12 de octubre de 2022

 El reto consiste preguntarnos ¿qué podemos hacer cada una de las personas, desde nuestra posición como empleadas o empleados públicos, par...